Una vez frente al animal, el primer ciego tocó una pata del elefante y dijo:
-"El elefante es como un pilar".
Otro, que sólo había tocado la trompa, expresó:
-” El elefante es como un grueso bastón “.
El tercer ciego acarició una oreja del animal y aseguró:
-” El elefante es como un gran abanico “.
El cuarto palpó la barriga y entendió que el elefante es como un gran tonel.
¿Quién tenía razón?
Discutieron mucho, a los gritos, acerca de la forma del elefante. Cada uno creía saber cómo es exactamente. Hasta que un hombre, escuchándolos discutir, les dijo:
-” Señores, ninguno de ustedes ha visto la totalidad del elefante. Él no es sólo sus patas, orejas, barriga o trompa. Él es una combinación de todas esas cosas y mucho más”.
También nosotros somos ciegos con nuestras creencias, sin entender que nunca conocemos la totalidad de una cosa. Siempre pensamos que tenemos razón y hasta peleamos por eso. No tomamos en cuenta que todos podemos tener un pedacito de la verdad.
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